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domingo, 19 de mayo de 2013

HISTORIA DE BODEGAS HEREDAD PANGUA SODUPE




ASÍ EMPEZÓ TODO





La historia de bodegas Heredad Pangua Sodupe comienza en 1989, cuando Severiano Sodupe y Roberto Pangua dos experimentados viticultores, comienzan a comercializar  sus propios vinos, que ya elaboraban desde hacía generaciones en una cueva centenaria situada en el barrio de las bodegas de San Asensio (La Rioja).







Durante 10 años realizan producciones a pequeña escala con unas siete hectáreas de viñedo, dedicándose a la elaboración de vinos jóvenes para comercialización y algunas pruebas sobre como evolucionaba su propio vino en barricas de roble. 













              En el año 1999 comienza su nueva andadura, la adquisición por compra y por herencia de nuevos viñedos, en San Asensio, Briones y San Vicente de la Sonsierra, junto a la construcción de una nueva bodega hizo que su proyecto se consolidase, pudiendo ampliar la gama de vinos en el mercado y comenzando la elaboración de Crianzas, Reservas, Vinos de Autor y Grandes Reservas. 





En la actualidad Roberto Pangua, y yo, Andrés Pangua Sodupe, trabajamos con 20 hectáreas de viñedo propio de una media de 45 años con un 90% conducido en vaso y un 10% conducido en espaldera, practicando una agricultura sostenible y de precisión, respetuosa con la naturaleza, y aboliendo la aplicación de abonos químicos, herbicidas y otros compuestos que pueden ser dañinos para el medio ambiente.



          


  El terroir de las diferentes parcelas que nuestra familia posee, en su mayoría arcillo-calcáreo, nos ofrece vinos de cualidades organolépticas únicas y muy arraigadas a la zona vitivinícola de la que proceden





Todo ésto, unido con una elaboración tradicional en bodega, pero con pequeños matices innovadores, y a la filosofía de prestar atención a cada detalle, de sus uvas y posteriores vinos, desde el lloro de la cepa, hasta la última gota que rellena la botella, hace que nuestros caldos sean capaces de satisfacer los paladares más exquisitos.














martes, 14 de mayo de 2013

MI PADRE, ROBERTO PANGUA Y YO, ANDRÉS PANGUA: NUESTRA PASIÓN

Roberto Pangua y Andrés Pangua
Mi padre comenzó ha hacer vino hace más de 30 años, mi abuelo Severiano le enseño todo lo que debía de saber sobre la producción de uva a una escala mayor a la que él estaba acostumbrado ya que la familia de San Vicente poseía una explotación menor. Hace ya unos 15 o 16 años que cogió las riendas de la explotación vitícola en San Asensio y la verdad que ha ido evolucionando la forma de trabajar, tanto en el viñedo, respetando lo máximo posible la naturaleza, como en bodega, combinando los medios tradicionales con una tecnología puntera. Mi padre siempre me inculcó que el vino no solo es una bebida alcohólica, sino que también es un modo de vida, una cultura que se siente, sí has nacido en éstas tierras. Yo me acuerdo de pequeño, que en época de vendimias, en la escuela no rendía debido a las ganas que tenia de subir a la bodega e ir al campo. A medida que iba haciéndome mayor y según cuenta mi padre, me iba involucrando más en la viticultura, iendo a podar, a labrar con mi padre, espergurar, etc. En el año 2005 con 19 años me involucro de lleno en la explotación familiar, quería trabajar en ello, pocas cosas me llenaban tanto en aquel momento que la satisfacción de producir y controlar mis propias uvas; mis estudios de ITA eran algo complementario a mi trabajo, era un puente para lo que realmente quería aprender, Enología y en aquellos años, los grados fuera de la universidad no me convencían. En el año 2011, hago el control de la vendimia por completo y comienzo a ser más enólogo que viticultor, sin olvidarme de todo lo que he aprendido como tal.
En los últimos años hemos recibido diferentes premios a nivel internacional y hemos realizado diferentes entrevistas, os pongo los diferentes enlaces:

http://www.ivoox.com/ser-vinos-16-02-2013-audios-mp3_rf_1793857_1.html
http://www.laprensadelrioja.com/pdf/la_prensa_esp.pdf

Mis Abuelos

Mis abuelos son Fortunato Pangua y Severiano Sodupe, cada uno vive en su pueblo, Fortunato en San Vicente de la Sonsierra y Severiano en San Asensio. Ambos son viticultores de toda la vida, mi abuelo Seve me cuenta que cuando tenía diez años se salió de la escuela para ir a trabajar al campo, junto a su hermano.  Trabajaban las tierras que les habían quedado y por supuesto elaboraban su propio vino en la bodega de su padre, posteriormente vendían ese vino a granel. Mi abuelo me cuenta que Don Ezequiel García, "El brujo" (uno de los enólogos mas reconocido de La Rioja en aquellos años) le compraba cubas a muy buen precio.
Severiano Sodupe, Felix Visairas y Fortunato Pangua
Mi abuelo Fortunato, por su parte producía uvas de calidad en sus viñedos de San Vicente y las vendía al grupo Codorniu. También es cierto que debido a la gran amistad que forjaron mis dos abuelos a raíz del matrimonio de mis padres Roberto Pangua y Ana Isabel Sodupe mi abuelo de San Vicente venía en vendimias a ayudar en las labores de bodega tanto a mi padre como a mi abuelo.
En 1989 habiéndose incorporado ya mi padre a la explotación, se deciden a crear una marca y comercializar el vino embotellado. En los sucesivos años ganarían diferentes premios a nivel regional.

jueves, 2 de mayo de 2013

LA FILOXERA, UN ANTES Y UN DESPUES

Hoja de vid afectada de filoxera
FILOXERA

Muchos años antes de que llegara a La Rioja la filoxera ya se cultivaban viñedos. La filoxera supuso un punto y aparte en el mundo de la viticultura Riojana, primero por un periodo pre-filoxérico, en el que los franceses vinieron a La Rioja a elaborar sus vinos, impregnándonos de su cultura de elaboración, debido a que en la zona de Burdeos, este pequeño insecto había arrasado casi por completo con los viñedos, y segundo por por el periodo filoxérico en el que la mayoría del viñedo riojano tuvo que ser arrancado por la misma plaga de insectos.

Como a día de hoy en aquellas épocas, estamos hablando de principios del siglo XX, había viticultores que no podían permitirse arrancar sus viñedos para replantar con pie americano. Bodegas Franco Españolas saco a la venta injertos de pie americano y porte de la región por 200 pestas el millar.

El proceso de replantado de las viñas no era excesivamente caro, pero obviamente no todos se lo podían permitir. Además, claro está, los primeros años no se obtenía ninguna cosecha.

Para tratar de ayudar a los agricultores menos pudientes, la Diputación funda en 1910 la caja Vitícola, que otorga préstamos bajo buenas condiciones . Un poco tarde ya que unos veinte mil riojanos habían emigrado para entonces, pero mejor eso que nunca. Poco a poco, en un proceso largo y lento, se va generalizando la replantación con vid injertada por toda la comunidad.

Luciano Murrieta
Luciano Murrieta
Tan sólo las grandes bodegas sobreviven y como suele suceder en momentos de crisis, aprovechan la oportunidad para hacerse aún más grandes y adquirir terrenos. Los bodegueros más pudientes, como el Marqués de Riscal o el propio Luciano Murrieta, incluso antes que la filoxera apareciera en La Rioja, habían podido ver en Francia como la plaga arrasaba, sin que se pudiera hacer nada, con miles de hectáreas de viñedo. Años después tuvieron la oportunidad de observar cómo esos mismos viñedos que habían quedado destruidos por el gusano se habían convertido en nuevos y pujantes viñedos jóvenes. Tomaron buena nota y poco a poco fueron replantando sus viñas, a sabiendas de que tarde o temprano el nuevo mal llegaría a sus tierras, como ya había pasado antes con el Oidium o el mildiu.



                                                                                                                                         

martes, 30 de abril de 2013

EN EL SIGLO IV

En La Rioja existen varios Lagares y Trujales, uno de los más antiguos y de mayor capacidad, de los que se han encontrado es el Lagar de Pangua situado en la sonsierra riojana. Se conoce con ese nombre, debido a que el terreno en el que se encontraba  era el Solar de Pangua, dónde se asentó dicha familia, y poseían su huerto, edificio habitable,  el lagar etc.




Foto: Gran Lagar de Pangua
Lagar de Pangua
Excavado en roca, con unas dimensiones de 2,5 m de diametro y 0,6 m de altura, para una capacidad de unos tres mil kilos.
Una experimentada historiadora de San Vicente de la Sonsierra me comentaba que es probable que se usara para hacer vino tinto, ya que a diferencia de los vinos blancos, el tinto se prensaba y hay unas pequeñas muescas justo al lado del lagar que indican que podría tener trujal también.

Pues bien estos son los comienzos del vino en La Rioja, no es algo novedoso el cultivo de la vid en la zona noroeste del territorio riojano así como la transmisión de esa cultura entre generaciones.