jueves, 2 de mayo de 2013

LA FILOXERA, UN ANTES Y UN DESPUES

Hoja de vid afectada de filoxera
FILOXERA

Muchos años antes de que llegara a La Rioja la filoxera ya se cultivaban viñedos. La filoxera supuso un punto y aparte en el mundo de la viticultura Riojana, primero por un periodo pre-filoxérico, en el que los franceses vinieron a La Rioja a elaborar sus vinos, impregnándonos de su cultura de elaboración, debido a que en la zona de Burdeos, este pequeño insecto había arrasado casi por completo con los viñedos, y segundo por por el periodo filoxérico en el que la mayoría del viñedo riojano tuvo que ser arrancado por la misma plaga de insectos.

Como a día de hoy en aquellas épocas, estamos hablando de principios del siglo XX, había viticultores que no podían permitirse arrancar sus viñedos para replantar con pie americano. Bodegas Franco Españolas saco a la venta injertos de pie americano y porte de la región por 200 pestas el millar.

El proceso de replantado de las viñas no era excesivamente caro, pero obviamente no todos se lo podían permitir. Además, claro está, los primeros años no se obtenía ninguna cosecha.

Para tratar de ayudar a los agricultores menos pudientes, la Diputación funda en 1910 la caja Vitícola, que otorga préstamos bajo buenas condiciones . Un poco tarde ya que unos veinte mil riojanos habían emigrado para entonces, pero mejor eso que nunca. Poco a poco, en un proceso largo y lento, se va generalizando la replantación con vid injertada por toda la comunidad.

Luciano Murrieta
Luciano Murrieta
Tan sólo las grandes bodegas sobreviven y como suele suceder en momentos de crisis, aprovechan la oportunidad para hacerse aún más grandes y adquirir terrenos. Los bodegueros más pudientes, como el Marqués de Riscal o el propio Luciano Murrieta, incluso antes que la filoxera apareciera en La Rioja, habían podido ver en Francia como la plaga arrasaba, sin que se pudiera hacer nada, con miles de hectáreas de viñedo. Años después tuvieron la oportunidad de observar cómo esos mismos viñedos que habían quedado destruidos por el gusano se habían convertido en nuevos y pujantes viñedos jóvenes. Tomaron buena nota y poco a poco fueron replantando sus viñas, a sabiendas de que tarde o temprano el nuevo mal llegaría a sus tierras, como ya había pasado antes con el Oidium o el mildiu.



                                                                                                                                         

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